martes, 21 de marzo de 2017

Los sueños... ¿tienen fecha de caducidad?



"Establecer metas es el primer paso para volver visible lo invisible". Tony Robbins, coach motivador y orador estadounidense.












Los sueños no tienen fecha de caducidad, pero deberían tenerla; así, realizaríamos lo inimaginable en menor tiempo. Es verdad: hay que partir de una ilusión, pero también hay que definirla con todo y fecha para enfocarnos en ella y alcanzarla. Pero… ¿por dónde se empieza a cumplir un sueño? Muchas veces hablamos del éxito, de la forma fortuita de las cosas y de los requisitos indispensables para volver realidad lo que soñamos. Pero también creo que la falta de deseos, y más aún, de las ganas de alcanzarlos, son lo que frena que consigamos nuestros objetivos.



Por eso, en estas líneas voy a compartirte cómo puedes alcanzar tus sueños de emprendimiento, desde adentro. Como si fuera una guía básica para ese momento inmediato después de que pienses: “¿qué pasaría si… innovo/emprendo/mejoro mi empresa/cambio mi trabajo/me dedico a hacer lo que realmente me gusta?”.


Primero hay que definir qué es un sueño. Del latín Somnus (acto de dormir) se desprenden algunas acepciones entre las que destaco tres, por su importancia:


* Acto de representarse en la fantasía de alguien, mientras duerme, sucesos o imágenes.


* Estos mismos sucesos o imágenes que se representan.


* Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse. (Fuente: Diccionario de la Real Academia Española, RAE, 2015).


Así es… un sueño puede ser algo fantástico que ocurre mientras soñamos, ya sean imágenes o sucesos; o bien, un proyecto, deseo o esperanza que no puede, ni podrá realizarse. Por eso, hay que definir primero que nada: ¿cuál es tu sueño? ¿Uno real y alcanzable o, por el contrario, aquel que no lograrás? Y es que soñar dormido o despierto suele ser casi lo mismo. La diferencia radica, entre otras cosas, en el tiempo que le dedicas a hacer realidad lo que sueñas. Por eso, afirmo que los sueños que tienes deben contar con una fecha de caducidad, ya que al fijarla, establecerás tu primera meta.


Una meta es, como dice la misma fuente (RAE): “un fin a que se dirigen las acciones o deseos de alguien”. Teniendo una meta, te enfocas en lo que en realidad quieres y es ahí en donde empiezas a revolucionar tu vida. Puede ser grande o pequeña, pero tienes que empezar a definirla.
Una meta debe establecerse con base en lo que sueñas, con las herramientas que tienes, las acciones que vas a realizar para alcanzarla y la forma en que será medido tu avance. Teniendo estas premisas, puedes darle la fecha de caducidad que desees.


Quedaría así una meta establecida:


* Meta/sueño: tener salud en 2016.


* Objetivo principal: no enfermarme.


* Acciones a realizar:


1) Practicar deporte diariamente.
2) Alimentarme sanamente y eliminar malos hábitos.
3) Asistir regularmente al médico.


* Medición: días del calendario vs. días enfermo.


¿Lo ves difícil? Si eres de los que abrieron los ojos como platos al leer que tendrías que hacer ejercicio todos los días, entonces tienes que definir otros tiempos, o bien… otro sueño.


La idea es centrarte en lo que en realidad haces bien, para saber si el anhelo que tienes es medible y alcanzable. ¡Y, en ese momento te darás cuenta que no hay sueño inalcanzable!

Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/271576

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